Literature
El Legado I
En las afueras del Santuario se podía dilucidar un choque de energías colosal. De colores diversos, parecían relámpagos que partían de la tierra e iban hacia el cielo, atravesándose a toda velocidad. —¿Es todo lo que tienes? ¡Levántate! Thais respiró hondo para tener aire en los pulmones. Al exhalar, escupió sangre de manera poco elegante y se limpió con el dorso de la mano. El golpe le había cortado el lado interno de la mejilla, llenándole la boca del sabor metálico. —Cállate... Miró hacia adelante, entre las mechas de su cabello desarmado, y los ojos giraron en sí mismos. Se desvaneció hacia el suelo, pero una rodilla firme le sostuvo el cuerpo, apenas separado de la tierra. Cerró los puños y los dientes, buscando inútilmente ponerse de pie. —Tsk. Ahora eres débil. Quien le hablaba estaba a unos metros, de pie y en posición de combate. Observando unos minutos, se percató de algo y cambió de postura, estirando una mano hacia adelante. Qué decepción. Esperaba algo más divertido. La